El HORMIGÓN y el CONCRETO constituyen los materiales más usados en la industria de la construcción.  Ambos ofrecen una serie de ventajas frente a otros materiales, como la RESISTENCIA y DURABILIDAD, que los hacen indispensables y muy versátiles, posibilitando su uso en grandes estructuras o en pequeñas piezas decorativas.  

Pero sin duda, la principal característica de ambos es que poseen cualidades que denotan su comportamiento como materias DUALES. Pueden ser plástico y piedra, sustancia y pieza, materia y material. Constituyen además materias DÚCTILES, ya que carecen de forma propia, por lo que pueden ser adaptados a un molde determinado y transformados según la voluntad creadora. Y al fraguar o endurecer adquieren una consistencia similar a la de las mejores piedras naturales, por lo que pueden considerarse como conglomerantes pétreos artificiales. 

Es por ello que la riqueza expresiva del objeto final se define en una acción previa, en la acción de diseñar el CONTENEDOR de estas materias. El desarrollo de la pieza de ENCOFRADO o MOLDE implica el diseño de un vacío que deviene luego en espacio ocupado por el material, configurando el negativo de lo moldeado. 

Dualidad, ductilidad, maleabilidad, además de la conocida resistencia y durabilidad, son las propiedades que ponen en relieve las ilimitadas POSIBILIDADES TÉCNICAS Y EXPRESIVAS que el hormigón y el concreto ofrecen. Un universo siempre abierto para seguir experimentando, descubriendo y conociendo.